Regla de la vida eremítica y Tratado sobre la obediencia

La Regla de la vida eremítica, compuesta por el beato Pablo Giustiniani durante una reclusión de cuarenta días, es hija de un parto doloroso. Desde hace seis años, de hecho, fr. Pablo se encuentra en el sacro yermo de la Camáldula, más contento de cuanto pueda decir o escribir. Ha encontrado verdaderamente en este lugar la amada soledad a la que aspira desde hace tiempo. Ve lo que puede ser el vivir sólo para Dios y con Dios. El lector que afronta por primera vez el Tratado sobre la obediencia de Pablo Giustiniani puede recibir una impresión desagra-dable, anticipo de un rechazo puro y simple: ¿el autor es, quizá, un fanático cultivador de la obediencia más radical, alguien que se marca el objetivo de conducir al monje hasta la aniquilación de su personalidad, sometido a la autoridad como un autómata sin pensamientos, ni sentimientos, ni deseos?